sábado, 18 de septiembre de 2010

Perspectiva. Grabados japoneses en el impresionismo

Interesante plática la de hoy. Entre el café y unos deliciosos pastelillos de limón (que mi bello mancebo consumió, yo no comí por la dieta) comenzamos una conversación acerca de la influencia que los grabados japoneses tuvieron sobre el impresionismo y posimpresionismo. Hablamos de grandes exponentes de la pintura, desde Monet hasta Gauguin, de Renoir a Van Gogh; comentamos sobre algunas obras y detalles relacionados con los efectos que eran de interés para los impresionistas. Entre los detalles de la conversación encontramos referentes anteriores en Rembrant con la aparición de armaduras japonesas en algunas de sus obras o el efecto de los colores y juegos de luz-sombra, por ejemplo en Noche de ronda.
Especial efecto tuvo sobre mí, una pintura en particular: Madame Monet in the Kimono (La Japonaise) de Claude Monet. Una de las obras que plasmaba por completo la influencia del Ukiyo-e. Irónico es que después de ser pintada, Camille Monet, falleciera como consecuencia de la tuberculosis; este hecho se convirtió en una afirmación y hasta un presagio de esa influencia. Comparten además el uso del color, el movimiento y los juegos de iluminación para incorporar el efecto de la perspectiva. Este efecto fue el que, en esta pintura, acaparó mi atención. En la parte inferior del kimono aparece la impresión de un guerrero japones cuya figura parece desprenderse del vestuario. Es, en expresión del impresionismo europeo, la perfecta adecuación de los grabados japoneses al arte occidental, en la que además se puede destacar la pureza de la imagen y, sobre todo, el increíble efecto estético producido.

Madame Monet in the Kimono (La Japonaise), Monet (1876).

sábado, 4 de septiembre de 2010

Cogito ergo sum

− ¿Qué imaginas si te digo Pienso luego existo?

− ¡Que pinche aburrida eres güey!

− No, en serio. ¿Y si te digo Cogito ergo sum?

− ¡Ah! Pues yo me imagino… ¡ja, ja ja!... pues una…

− Lo debí imaginar, ¡cerda!

− ¡Oh pues!

Y mientras yo pensaba en existir y existía para pensar, mi hermana seguía recordando la verga dura que carga entre las piernas su novio en turno.